Amabilidad se define como “calidad de
amable”, y una persona amable es aquella que “por su actitud afable,
complaciente y afectuosa es digna de ser amada”.
Al hablar de amabilidad, sin duda hemos de referirnos
también al amor, pero es preferible tipificar a la amabilidad como valor por su
carácter más concreto de actitud, de rasgo firme y definido de la persona que
ama. El amor es una palabra de significado grande, universal y genérico en sus
formas. Véase Amor.
El acto de amar puede ser expresado en actos
de dar, respetar, considerar a los demás, aceptarles, procurar su felicidad,
alegrarse con sus progresos, etcétera. Llevar a la práctica una disposición
afectuosa, complaciente y afable puede convertirse en firme actitud, que predispone a pensar, sentir y comportarse con amabilidad. Cuando se espera que una
persona cualquiera se comporte de forma afable y afectuosa, es porque la
amabilidad ha adquirido la categoría de “valor”.
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