La capacidad de iniciativa es
la predisposición a emprender acciones, crear oportunidades y mejorar
resultados sin necesidad de un requerimiento externo que lo empuje, apoyado
en la auto responsabilidad y la auto dirección.
Tener iniciativa supone adoptar una actitud
proactiva, despierta ante la realidad y con la madurez suficiente para asumir
las consecuencias de la acción. Implica marcar el rumbo por medio de acciones
concretas, no sólo de palabras.
No basta con tener voluntad de hacer algo, es
necesario dar el paso adelante y ponerse manos a la obra Quien plantea ideas
con iniciativa, asume, también, la carga de su realización
También implica una disposición para aprovechar
las oportunidades, perseguir los objetivos mas allá de lo que se requiere o
se espera, saltarse la rutina cuando es necesario para realizar el
trabajo.
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